lunes, 7 de marzo de 2011

Entrevista al exmarinero Jorge Sebastián Ramos

Hola Piratas, llevo varios días siguiendo el blog y el “Facebú”, y pese a todo lo que he despotricado del insti no quisiera perder mi vinculación con el Domingo Miral, así que ahí va mi valoración sobre aquellos años. Acabé el instituto en 2007-2008 así que mis anécdotas son relativamente recientes… Os mando un saludo a todos. Pido disculpas por mencionar algún nombre propio, pero todas las alusiones son desde el cariño y el recuerdo.

1.-¿Qué mejores recuerdos tienes del insti?

El mejor recuerdo sin duda alguna son de las clases de Alejandro Calvo, pobre hombre, ¡Qué paciencia tenía con nosotros! Recuerdo cuando tiró contra el suelo un bote de vaselina de una compañera, cuando partió el peine de otra que se pensaba que estaba en un salón de belleza, cuando le silbábamos de diferentes puntos de la clase mientras escribía en la pizarra, y se volvía loco, de sus maravillosos “formidables” y sus “ni que decir tiene…” y sobre todo del día que se dio una “formidable tozada” contra el mueble de la tele y casi nos mata a bufidos por reírnos. Aún me río a carcajadas después de aquello… (Sé que está mal, pero teníais que haberlo visto…).
Recuerdo el día que hicimos una huelga vete tú a saber por qué en los sillones de dirección toda la clase, o las clases de mates con Cristina Palacios, en el famoso “cajón” instalado en la grava del aparcamiento y que nos congelaba las ideas a primera hora. Recuerdo especialmente aquellos recreos en los que podíamos salir a almorzar fuera, o a Dante a por algo que tenías que haber comprado hace una semana…
Me acuerdo de aquel O’choben coordinado por Lola Lacambra y de las Jornadas que ponían el instituto “patas arriba”


2. ¿Cuáles fueron tus tres mejores profes y por qué, qué cualidades tenían?Mi mejor profesor fue Jesús Ezquerra, con aquella asignatura de Psicología, puedo decir casi casi los temas que explicó. Me encantaba cómo explicaba el psicoanálisis, las películas de Hitchcock, su manera de tratarnos, su visión sobre la sociedad y el mundo, cuando nos leía su “Cuaderno de cosas bonitas” Muy bueno además de cómo profesor, como persona. Ahora me lo encuentro por Zaragoza casi todos los días y somos vecinos.
Recuerdo también a Katia Torrent con especial cariño y sus “Cállese oiga, cállese”.
Nieves Portas también muy buena, aunque reconozco que me costó pillarle el tranquillo, en segundo de bachiller y con su forma de entender la literatura me encantó. Maria Luisa López, de latín, muy buena como persona siempre nos trataba con mucho tacto, siempre mirando por el alumnado y luchando contra viento y marea, nos ayudó mucho a nivel afectivo a todos. Le mando un saludo especial.
Me acabo de dar cuenta que he nombrado a mil “profes” y ponía tres, lo siento!

3. ¿Qué defectos tenían los peores? De éstos no publicaremos nombres, no queremos provocar maremotos que alerten a las autoridades sobre nuestras actividades clandestinas... Lo sentimos.
Pues sí que tengo mal recuerdo de alguno, sí… por ejemplo cierta profesora de matemáticas peli-rosa no natural (que ya no está en el centro) afectada por algún tipo de trastorno de personalidad, y con rasgos esquizo-típicos, que nos desbarajustó a alumnos, padres y profesores… Recuerdo también a una profesora que por aquel entonces era nueva en el centro, que nos pilló en nuestro último año, que con su asignatura nos lo hizo pasar verdaderamente mal y nos dio grandes quebraderos de cabeza con sus audiciones. Sin embargo de todo se aprende, de los buenos y de lo malos, así que con ella aprendimos cómo no había que ser en la vida. También se lo agradecemos. Todo tiene su lado bueno.

4. ¿Cuáles fueron las anécdotas más surrealistas?
¡Puffff…! MIL
A ver que resumo…
El día que intenté cambiar la pizarra de la biblioteca por la del “chalet churrigueresco” de la grava, porque no me gustaba la de la “biblio”, que no se borraba bien, una vergüenza vamos.... Siempre recodaré las palabras de Carmen Bello cuando me vio con una pizarra al hombro: “¿Quién te ha dado potestad a ti para hacer lo que estas haciendo?”.
El día que bajé al despacho de Orientación para decirle al señor orientador – José Luis Mur-, que sus test eran una “fatera” (y ahora resulta que los paso yo!).
El día que Javier Lafalla me invitó amablemente a abandonar el aula por contar el siguiente chiste a viva voz:
¿Sabéis que dice la Duquesa de Alba cuando se quita el sujetador?
- (Voz de Duquesa: Queee frioooo estáaa el suelo, hijoooo)
Me fui a reír al baño sin parar de llorar de la risa.
Otro día me cagué literalmente en la madre de una profesora y pensé que me iba a tener que cambiar de instituto, amigos, vida y emigrar a otro continente, pero la profesora, muy digna ella, solo se limitó a retirarme la palabra.
Muy buenas las clases de tecnología con Chus Ara; un compañero se depiló la pierna con silicona caliente, otro hacía carreras de lijadoras por la clase, otros se pegaban un dedo con otro con Loctite… y aún así ella nos tenía cariño.
Muy bueno también, el fingir ataques epilépticos y exorcismos en clase de religión.

5. ¿Qué hacéis y cómo os va fuera de aquí? ¿Os sentís bien preparados o estafados?
Yo empecé Educación Especial en la Universidad de Zaragoza, y espero acabar este año. En líneas generales me va bien, no tengo ninguna asignatura de otros años, así que hasta ahora contento.
Una vez te vas fuera, todo es un mundo nuevo, llevo de nuevos aprendizajes, gente por conocer, y miles de aventuras, de fiestas, y también de horas de estudio y bibliotecas, (Eso sí biblios sin pizarra) pero sobretodo vida independiente, que espabila mucho.
Ánimo a todos los que están por ahí, y que aprovechen su estancia por el instituto, y que no se agobien por los contratiempos, que pese a que hay veces que no se pasa muy bien, siempre hay buenas anécdotas que contar y buenos momentos. Si hay alguno que os toca las narices le contáis el chiste de la duquesa, a no ser que sea Lafalla…

Recuerdos a todos los que seguís por ahí.

Jorge

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